Pablo Pajarito Tonalá, Jalisco
La gente de México, a lo largo de los siglos, se ha convertido en una mezcla de colores. Toma la tez bronceada de sus pueblos indígenas , y agrégale el blanco de los conquistadores, y obtendrás un color parecido al canelo o al canelo . Este es el color de la cerámica de Nicasio Pajarito González. El color de su herencia. Su trabajo ha obtenido numerosos premios en todo el mundo por su trabajo. Su trabajo es el arte popular mexicano en su máxima expresión y aparece en el libro "Grandes Maestros del Arte Popular Mexicano".
Las manos de cinco generaciones de hombres y mujeres talentosos y dedicados han preservado la herencia cultural de sus padres, abuelos e incluso bisabuelos. Tal es el caso de Pablo Pajarito. Está dedicado a continuar la tradición de su pueblo y llevar la artesanía mexicana más allá de las fronteras de México. Se ha hecho conocido por su creatividad e innovación y produce barro original y de vanguardia.
Pablo comenzó a trabajar su técnica desde muy pequeño, lijando y alisando las piezas más fáciles en el taller de su familia. A los 10 años empezó a practicar sus primeros trazos con lápiz. Su trabajo es exquisito y abarca desde vasos de tequila hasta objetos de colección. Ha ganado premios en numerosos concursos, tanto regionales como estatales, y es reconocido a nivel nacional por su trabajo.
Pablo también encuentra gratificación en ayudar a otros artesanos mexicanos a desarrollar sus técnicas. Colabora en nuevos proyectos e ideas con su "tocayo" Pablo Reza, un artesano wixárika de la Sierra Alta de Jalisco. Pablo suele hacer unas seis piezas pequeñas al día, pero cuando se embarca en un proyecto para un concurso o para un coleccionista, puede tardar entre 15 días y un mes en completar la pieza.
Para obtener el color canelo (canelo) deseado, Pablo debe mezclar arcilla disponible localmente en Rosario con arcilla negra traída de otro local, Tateposco. Sus pinturas son pigmentos naturales de la tierra. A continuación se lija la pieza, se limpia y se aplica una arcilla matiz que le da el color de fondo. Ahora, la vasija está lista para la decoración o embaje, utilizando pigmentos de tierra y pinceles hechos con pelo de animal. Primero se realizan los elementos aplicados y luego, con pinceles muy finos, se completa el trabajo más delicado. Las piezas se pulen con una piedra durante mucho tiempo y con mucha presión para fijar los colores y sellar los poros de la arcilla. Finalmente, las piezas se limpian con un paño para quitar el polvo y se colocan en el horno durante unas tres horas. El producto terminado ha adquirido un color canelo con matices relacionados con la canela.
Calle Limón #205, Lomas del Camichin
Tonalá, Jalisco
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