Jan Cristhian Mata Ferrer San Felipe Santiago, Villa de Allende, Mexico
A lo largo de su vida, Jan Cristhian creció rodeado de coloridos, únicos y hermosos textiles. Pero desde pequeño se dio cuenta de que las mujeres eran las únicas que realizaban labores de bordado por lo que a los diez años le preguntó a su madre: "¿Por qué los hombres no bordan?" a lo que ella respondió: "Los hombres no saben bordar, hay que hacer otra cosa". Pasó el tiempo y Jan vio a su tía bordando un cojín. Cuando él le preguntó, ella le explicó el proceso de cómo se hacía. Le tomó tres años aprender las técnicas del bordado. Esta expresión artística se convirtió en su pasión.
Desde entonces, Jan ha participado en concursos, ha dado conferencias sobre su vida y el bordado mazahua y ha capacitado a más de cuatrocientas personas en talleres de artes textiles para aprender a bordar. Uno de los aspectos más destacados de su vida fue participar en el 10º Foro de la Juventud de la UNESCO celebrado en París, Francia. El evento la ayudó a centrar su trayectoria en la importancia de su patrimonio cultural inmaterial. Por su trabajo y dedicación a la preservación del bordado mazahua fue galardonado con el Premio Nacional de la Juventud 2018 en la distinción Expresiones Artísticas y Artes Populares, además de ser ganador en numerosos concursos nacionales.
Jan es la tercera generación en continuar la tradición familiar del bordado mazahua y trabaja junto a otros diez artesanos. En el bordado mazahua, originario de la comunidad de San Felipe Santiago, se practican siete técnicas diferentes: Punto de lomo a dos agujas (utilizando dos agujas, una variante del punto de cruz) donde una diagonal es más larga que la otra. El punto se puede utilizar para perfilar los elementos o rellenarlos) Pepenado (Punto fino que normalmente se usa en camisas y blusas. Este punto corre peligro de desaparecer porque lleva mucho tiempo) Punto de cruz, Careado, Hilvanado (¿bordar ciervos?) y Bordado de aguja (Este bordado es poco conocido, pero se distingue por lo versado del textil).
El taller "El Xicola", que en mazahua significa "cola de perro" o "perro hambriento", inició su labor en 2018 y tiene tres propósitos: rescatar, difundir y preservar los textiles mazahuas. Diez miembros de la familia participan en él. Los diseños mazahuas no son solo una artesanía, sino que representan una expresión de los ideales mazahuas. Los elementos tradicionales que se bordan representan la flora y fauna local, como venados, aves, flores y la estrella mazahua de ocho puntas. Estos patrones complejos se crean sin guía ni seguimiento en la tela. Los artesanos (en su mayoría mujeres) cuentan los hilos para hacer un diseño recto y uniformemente espaciado. Una característica única del bordado mazahua es el uso de una puntada decorativa en los bordes de las piezas que se usa por ejemplo en servilletas y piezas similares.
San Felipe Santiago, Villa de Allende, México
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