Manuel Jerónimo Reyes Santa Fe de la Laguna Michoacán
Cerámica

Manuel Jerónimo Reyes
Santa Fe de la Laguna Michoacán

Manuel Jerónimo Reyes fabrica espléndidos candelabros, donde se pueden colocar desde una hasta 25 velas, cuya elaboración se realiza a base de una mezcla de arcillas que cosecha en dos minas cercanas. Nació en 1957 en Santa Fe de la Laguna, Michoacán, y desde niño pudo apreciar la fabricación de cerámica de manos de su abuelo, quien bajaba de las montañas a almorzar con su nieto a media mañana. mañana y luego iban al taller, donde el anciano se dedicaba con esmero a su trabajo de figuras de barro, mientras el niño se sentaba a observarlo.

Además de los candelabros, que son sus especialidad, también fabrica incensarios, ollas, platos y otros objetos utilitarios por encargo. Cabe señalar que una vez hizo un juego de ajedrez para participar en un concurso en Morelia y ganó el primer premio. Todas sus piezas están hechas en moldes. Incluso los detalles de apliques que decoran su cerámica están realizados en moldes heredados de su abuelo o de su madre, que también fue una gran alfarera, o en los que él mismo ha elaborado.

Manuel utiliza una arcilla "especial" para sus piezas que resulta de la combinación de arcilla roja y blanca, una "melcocha" maleable y resistente al fuego. Moldea sus piezas, las ensambla y las pule con piedras que encuentra; luego pega el aplique, que suele consistir en pequeñas figuras de palomas y otras aves, ya que las piezas decoradas suelen venderse mejor. Ha intentado decorar su trabajo con peces u otros animales, pero los favoritos son los pájaros.

Una vez que termina una pieza, la coloca en una habitación cerrada, "para que la arcilla se seque en paz". Después de tres o cuatro días, los mete en un horno de leña al aire libre que alcanza una temperatura de unos 600 °C (1100 °F). Al día siguiente se aplica la veladura o greta, como se le conoce, que contiene óxido de cobalto o azul cobalto y se aplica hasta obtener el característico tono negro brillante. Después de glasear las piezas, se vuelven a colocar en el horno, ahora a temperaturas variables de 900 a 1000 °C (1650 a 1830 °F). Luego se retiran del horno, se limpian y están listas para ser vendidas. Si las ollas o utensilios se utilizarán para cocinar, entonces utilice un glaseado sin plomo que no sea tóxico.

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