Lorenzo Sántiz Jiménez Aldama, Chiapas
El desaparecido arte del tejido del maguey todavía lo lleva a cabo Lorenzo Sántiz Jiménez de Aldama, Chiapas. En varios pueblos aislados de la región montañosa de Chiapas, sigue viva la tradición de varias generaciones de hacer hermosos bolsos con fibras de maguey. Estos pequeños pueblos (la mayoría de los residentes hablan tzotzil y muchos tienen un conocimiento básico del español) están a solo una hora aproximadamente de San Cristóbal de las Casas.
La hermosa planta de maguey es un símbolo de México como así como el proveedor de una serie de bebidas del país: tequila, mezcal y pulque. La fibra de este plan se ha utilizado durante siglos para hacer bolsos y ropa. Los bolsos tejidos con este material pueden ser increíblemente abundantes y duraderos.
Algunos artesanos de maguey ahora compran su fibra de maguey en los mercados locales, pero Lorenzo extrae el interior fibroso del maguey él mismo. Una vez que se cosecha el maguey, las hojas carnosas se colocan sobre un trozo de madera y se pasa un machete para quitar la pulpa y revelar la fibra. Luego se lava con jabón para eliminar los restos de pulpa viscosa y se seca al sol. Finalmente, se pasa por las espigas de una biznaga redonda para peinarla. Este es un proceso completamente natural que crea un hilo blanquecino que es fuerte y duradero. Puede tomar hasta cuatro semanas completar este proceso.
Las bolsas de maguey son un segmento importante de la variada y rica tradición textil de México que pronto puede quedar obsoleta debido a que las generaciones más jóvenes no adoptan la forma de arte de hacer el maguey. bolsas.
Las bolsas se fabrican a medida utilizando un trozo de madera con un tornillo en cada extremo. Los artesanos enrollan la fibra en su pierna para crear el grosor perfecto para el hilo de maguey y luego tejen la bolsa en el marco rústico. Los bolsos de tejido fino tardan un mes en hacerse, mientras que los más gruesos tardan aproximadamente una semana y el patrón es tan perfecto que parece tejido a máquina. Los bolsos están terminados con pequeños lazos a cada lado, donde se unen las correas de cuero.
Algunas bolsas se dejan en su color natural, que comienza como un blanco bastante intenso y se torna beige con el sol. Otras bolsas se colocan en una red especialmente hecha sobre la estufa de leña y el humo tiñe la bolsa de un color marrón oscuro y la deja con el olor de las hogueras.
Con la complejidad y el tiempo que se necesita para hacer una sola bolsa, y con las artesanías que se subestiman en relación con el tiempo que se tarda en producirlas, al final el dinero que pueden ganar por una bolsa vendiéndola a tiendas para turistas a menudo no vale la pena el tiempo.
Calle Revolución Mexicana
Aldama, Chiapas
967 69 8473
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