
José Ramírez Alejo, Paracho, Michoacán
José Ramírez Alejo: Tejiendo el tiempo en Nurio
En los Altos de Michoacán, entre bosques de pinos y sinuosos caminos rurales, se encuentra el pueblo purépecha de Nurio, un lugar donde la artesanía sigue siendo una forma de vida y la tradición se entrelaza con el trabajo diario. Aquí es donde José Ramírez Alejo comienza su día: no con máquinas ni ruido, sino con el suave susurro de las fibras naturales y el ritmo de sus manos dándoles forma de escobas, cestas y herramientas de serena belleza.
José trabaja con paja, palma e ixtle locales desde niño, aprendiendo el oficio de su padre y sus tíos, quienes a su vez aprendieron de los suyos. Su taller es modesto, pero rebosa el aroma de la fibra seca y la suave percusión del tejido; no requiere electricidad, solo habilidad, paciencia y respeto por el material.
Es conocido por sus escobas de palma, bellamente elaboradas, atadas y cosidas a mano con técnicas transmitidas de generación en generación. No son artículos de fábrica, sino obras de arte funcionales, cada una un testimonio de equilibrio, fuerza y precisión. Sus cestas tejidas, utilizadas para todo, desde la cosecha hasta el almacenamiento en casa, se elaboran con el mismo cuidado y se basan en un profundo conocimiento de la tierra y sus ritmos.
En un mundo dominado por el plástico y la producción en masa, la obra de José es una forma de resistencia: un regreso a la creación lenta, a la dignidad de la utilidad y a la belleza de los objetos cotidianos. Sus piezas no solo son útiles, sino que forman parte de un patrimonio purépecha vivo, donde la artesanía es a la vez identidad cultural y supervivencia económica.
El trabajo de José ha sido presentado en ferias artesanales regionales y mercados tradicionales. En todo Michoacán, sus piezas son reconocibles al instante por su resistencia, forma nítida y durabilidad. También ha participado en eventos culturales que buscan preservar las técnicas y materiales indígenas, mostrando a menudo su proceso a las nuevas generaciones.
“Lo que hago no es solo para vender”, explica. “Es lo que somos.” (“Lo que hago no es sólo vender, es lo que somos”).
Más allá de su arte, José desempeña un papel discreto pero vital en el mantenimiento de las tradiciones artesanales de Nurio. Recolecta muchos de sus materiales a mano, seleccionando únicamente fibras maduras y cosechadas de forma sostenible. También comparte sus conocimientos informalmente con artesanos más jóvenes y familiares, continuando el ciclo de creación que ha perdurado en su comunidad durante siglos.
Cada escoba que José hace está hecha para usarse. Cada canasta está hecha para llevar algo real. Pero en cada hebra tejida, hay más que solo funcionalidad: hay tiempo, memoria y cuidado. En las manos de José Ramírez Alejo, hasta el objeto más sencillo se convierte en un puente entre el pasado y el presente, entre la tierra y el trabajo.
PREMIOS
· 2016 Segundo lugar, Fibras, XLVII Concurso Estatal de Artesanías de la Noche de Muertos, Gobierno Federal Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías Gobierna del Estado de Michoacán, Instituto del Artesano Michoacano
INFORMACIÓN DEL ARTISTA
Lázaro Cardenaz #47, Paracho,
Michoacán 60262
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