Francisca Hernández Méndez aprendió a bordar de su madre desde los 8 años. Casi todas las mujeres del pueblo aprendemos a bordar para tener dinero para los niños y la casa. Hacemos nuestra propia ropa bordada y también bordamos prendas para vender. Cada quien tiene su estilo y la moda cambia un poco con los años pero también hacen piezas tradicionales como las de mi madre o mi abuela.

Durante un corto tiempo trabajó con una ONG llamada Impacto pero no sintió que estuviera aprendiendo nada nuevo y entonces se fue para regresar a trabajar con su madre.

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Calle Principal S/N, Aguacatenango, Chiapas

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