Víctor López Rodríguez, San Marcos, Ocosingo, Chiapas
Víctor López Rodríguez confecciona mascarillas junto a su madre Antonia Rodríguez Sánchez. Originalmente las máscaras se utilizaban en el carnaval de Sibaca. Los artesanos habían dejado de fabricar las máscaras en la década de 1970, sin embargo, el suegro de Antonia reinició la tradición y enseñó a sus hijas e hijos a hacer las máscaras ceremoniales. Su familia es la única que actualmente mantiene viva esta tradición. Las máscaras de cuero confeccionadas para los bailes corren gran riesgo de caer en el olvido.
Don Gerónimo López Méndez, abuelo de Víctor, recuerda con cariño las festividades. Cuando era niño, trepaba a un árbol cerca de la iglesia en la plaza y se sentaba durante horas mirando los bailes y admirando las máscaras. Quedó fascinado con ellos y aprendió a hacerlos. Después de la década de 1970, él y su familia eran los únicos que conocían los secretos para hacer estas máscaras de baile únicas. Enseñó a sus hijos, Josefina y Petrona, así como a su nuera, Antonia Rodríguez Sánchez, cómo hacerlos.
Las máscaras están hechas de pieles de vaca, que han sido curadas en sal, y luego los diseños se graban en el cabello. Para decorarlos se utiliza pelo de caballo. Los diseños de las caras están inspirados en la flora y la fauna circundantes, pero de alguna manera también guardan un parecido con las máscaras africanas. No hemos podido obtener información sobre quiénes representan las máscaras, ni de qué se tratan las danzas, pero estas máscaras primitivas son fascinantes y no parecen tener relación con ninguna otra máscara de Chiapas.
Las mujeres del pueblo también hacen muñecas de trapo y Antonia tomó la iniciativa de aprender por sí misma a hacer muñecas y juguetes de barro. En 2019, Antonia ganó el segundo lugar en el Concurso de Juguetes Fray Bartolomé con un par de muñecos, la partera y la madre. Antonia es una talentosa artesana de máscaras. Sabe comprar las pieles, secarlas (seis meses) y dibujar el patrón de la mascarilla que desean crear. Las máscaras están decoradas con motivos inspirados en la naturaleza: árboles, flores y animales. Son únicos porque sus máscaras recuerdan a las máscaras de estilo africano.
Antonia también aprendió por sí misma a trabajar con arcilla y a hacer juegos y muñecas tradicionalmente indígenas. Los muñecos también han ganado numerosos premios en el concurso estatal Fray Bartolomé. Ella y su nuera confeccionan trajes tradicionales para vestir a las muñecas.
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