Desde los primeros tiempos en Santa María Tlahuiltoltepec, en el corazón de la Sierra Norte de Oaxaca, algunos de los primeros ancestros mexicanos descubrieron el "lugar frío" y la preciosa arcilla de esta zona con la que podían elaborar platos. y otros artículos para ser utilizados en sus hogares.

Una de las artistas más reconocidas de esta área es Silvia Martínez Díaz, quien ha mantenido su estilo de vida y tradiciones y continúa elaborando cerámica prehispánica y obras de arte representativas de la época.

En concreto, elabora 3 cántaros con asas (agarras), que se elaboran mediante la técnica del rollo, en el que se van superponiendo capas de barro hasta conseguir la altura y el volumen final deseado. Esta particular característica es un importante punto de venta para Silvia, porque elabora una cerámica muy especial con técnicas ancestrales y tiene la huella de su personalidad y de la tierra de donde proviene el barro cerca de su pueblo.

Silvia es mixteca: hombres y mujeres están conectados por su raza y costumbres ancestrales, lo que se muestra en su trabajo con arcilla, como si fueran hechas por las manos de sus antepasados ​​y convertidas en objetos ornamentados.

Comenzó a trabajar con arcilla cuando tenía unos 12 años, bajo la guía de su madre; sin embargo, después de aprender lo básico, aprendió por sí misma. Ella es autodidacta.

Silvia divide su vida entre el trabajo del campo y la impartición de clases de arte durante las estaciones secas. También enseña cerámica en la escuela local.

Con tan solo 25 años, Silvia ya ha ganado varios premios por su trabajo: Premio Presidencial 1996 Premio Nacional de Cerámica, San Pedro Tlaquepaque, Jalisco (primer premio) y 2003 Concurso Nacional de Cerámica Tonallan obtuvo el 2do lugar en alfarería tradicional.

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Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca

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