Las grandes ollas, conocidas como cocuchas, reciben su nombre por su lugar de origen. Cocucho es un pueblo purépecha lejano en el estado de Michoacán. Estos gigantes del mundo cerámico son básicamente vasijas de bobina, algunas miden hasta 1,50 mt. de altura y están fabricados íntegramente a mano, sin el uso de ruedas ni moldes. Las ollas de cocucho se fabrican desde hace más de 300 años. Su tamaño, forma y acabado están determinados por el arte de las personas que los fabrican. Debido a su espectacular impacto, las cocuchas se utilizan a menudo como puntos focales en jardines y entradas.

El verdadero arte de fabricar estas enormes vasijas es "quemarlas". Después de ser forjada y terminada, la vasija se coloca en las brazas de un fuego de leña y se cubre con una tienda de campaña. Luego se deja en la posición adecuada durante una hora o más, a veces hasta cuatro horas. El siguiente paso es fundamental: hay que retirar la olla del fuego exactamente en el momento adecuado o se romperá.

Se elaboran dos tipos de cocuchas, negras y rojas. El acabado negro se obtiene salpicando o cepillando una solución de harina de maíz sobre la olla inmediatamente después de quemarla. Las cocuchas rojas se elaboran untando una capa de arcilla roja antes de cocerlas, permitiendo que las ollas se enfríen sin agregar otros esmaltes o colores.

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