Mario nació y creció en la Ciudad de México. Cuando era niño siempre soñó con estar en un campo rodeado de árboles. Siendo un niño con problemas en la escuela, pronto se descubrió que era disléxico y así se animó a trabajar con las manos y así comenzó su vida como artista.

Cuando era joven, su deseo de aprender su oficio lo llevó a Michoacán, donde estudió con James Metcalf y Ana Pellicer, quienes le enseñaron a trabajar en hierro y, finalmente, en el maravilloso tejido que se originó en Filipinas. Estas artesanías están hechas de una fibra natural (junco), llamada chuspata , y es una variedad de junco autóctona de México. Esto se recoge en la orilla del lago y luego se entrelaza en cestas, carteras, muñecos y otras figuras que representan imágenes de su vida diaria.

Mario vivía en Michoacán entre los árboles, al lado del Lago y viviendo sus sueños con su esposa e hijos. Su obra era única y muy apreciada y buscada. Trabajó con su esposa, poniendo su sello especial a las artesanías, colocando estructuras de hierro en muebles o animales hechos de un carrizo que crece a orillas del lago de Pátzcuaro y que los artesanos locales utilizan para diversas cosas.

Desde tiempos inmemoriales, los artesanos de la región del Lago de Pátzcuaro han elaborado diversos objetos a partir de chuspata . Al principio sólo producían petates, cuyo uso continúa hasta el día de hoy entre los pueblos indígenas. La producción de chuspata generalmente se realiza en talleres familiares con materiales obtenidos directamente de la orilla del lago. Estos objetos revelan una gran dosis de creatividad.

Sus creaciones, que se exponen en el taller y galería “Tzumindi”, ya son mundialmente famosas. Aunque muchas de sus creaciones tienen una temática "moderna", el arte de utilizar chuspata es una artesanía que se utiliza desde hace décadas en México. Esto es verdaderamente arte popular en su máxima expresión con una visión creativa hacia el futuro.

tzumindi@gmail.com

(434) 344-0779

Ihuatzio, Michoacán

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