María Méndez Díaz nació en San Juan Chamula, un pueblo tzotzil cercano a San Cristóbal. Se mudó a San Cristóbal con su familia cuando los evangelistas comenzaron a ser expulsados ​​de Chamula y se establecieron en las colinas de San Cristóbal de las Casas. Muchos refugiados de conflictos religiosos en esos días se trasladaron a los cerros que rodean San Cristóbal de las Casas y muchas de las familias desplazadas comenzaron a fabricar peluches y muñecos para poder sobrevivir.

Los hombres de San Juan Chamula visten una prenda llamada chuj . Es un tipo de poncho de lana de color blanco o negro que se lleva con un cinturón de cuero. La tela de esos ponchos es tejida por las mujeres y teñida con colores brillantes para ser utilizada en la confección de los animalitos de lana. Los animales se rellenan, se cosen y, a veces, se bordan.

Allá por 1994, durante el levantamiento zapatista, las mujeres también comenzaron a realizar las figuras de personajes revolucionarios como el comandante Marcos en su caballo y su amiga Ramona.

Hoy en día, vemos menos muñecos zapatistas y vemos más muñecos indígenas con sus bebés, corazones bordados y muchos animales caprichosos; la inspiración para diferentes animales proviene no solo de la fauna del altiplano sino de todos los continentes, incluidos los dinosaurios.

María y su grupo de ocho parientes se han ganado la vida creando todas estas criaturas y cada año observamos que se venden otras nuevas en los mercados. Estos animales son fantásticos juguetes y adornos navideños y hacen las delicias tanto de adultos como de niños.

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San Cristóbal de las Casas, Chiapas

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