Juan trabaja con su hermano, Saed Vásquez, y su esposa, Antonia Hernández Arzaluz, construyendo Árboles de la Vida en miniatura increíblemente intrincados.

Antonia ganó Best of Show en Luna de Metepec. Hoy sólo hay 4 o 5 mujeres haciendo Árboles de la Vida .

La tradición cerámica mexicana se remonta a la antigua cultura olmeca. Desde entonces, otras culturas, incluidos los aztecas, los mixtecos y los españoles, ayudaron a evolucionar estas tradiciones hasta convertirlas en los estilos regionales actuales. El Árbol de la Vida es una forma de arte distintiva del estado de Metepec. Reciben su nombre de las versiones originales de los árboles, que explicaban el origen de la vida.

Los árboles están hechos de arcilla con una base plana. Las hojas, frutos, figuras y/o animales están unidos mediante alambre al árbol. Están pintados con pinturas anilina o acrílicas; sin embargo, muchos árboles ahora se dejan sin pintar, a menudo hechos con terracota roja, para una apariencia más distintiva. Los Árboles han cruzado a otros aspectos de la cultura mexicana; Recientemente se han popularizado los árboles del Día de Muertos y de la Natividad.

Los Árboles de la Vida se han convertido en uno de los objetos más conocidos del arte popular mexicano. Hoy en día son buscados por coleccionistas de arte de todo el mundo. Muchos de los árboles de Juan tardan 20 días en fabricarse. De los diez hijos de la familia Hernández, sólo dos han dedicado su talento a hacer Árboles de la Vida .

6 de Mayo #196, Barrio de San Mateo

Metepec, México

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