Jesús Pérez Ornelas, Pepe (José) Sagrario Pérez Pamatz y Napoleón Pérez Pamatz han dedicado su vida al arte del trabajo con cobre. Jesús aparece en el libro “Grandes Maestros del Arte Popular Mexicano” donde lo afirma como el maestro indiscutible del grabado y el grafito , famoso por la belleza de sus diseños y la excelente calidad de sus acabados.

Como la mayoría de los artistas del cobre, la familia Pérez trabaja en su casa, en un área abierta, techada y con ventilación adecuada. Su forja se asienta en el suelo en una depresión poco profunda. Calienta el metal quemando briquetas de pino; las llamas son alimentadas por fuelles tradicionales.

Una vez que el cobre está al rojo vivo, se retira con unas pinzas grandes y comienza el proceso de darle forma a la pieza. Con golpes de martillo vigorosos, pero nunca imprecisos, cada hombre trabaja meticulosamente para crear una obra de arte a partir del metal de aspecto tosco. Golpe a golpe, la pieza va tomando forma.

A continuación, se pule la pieza para luego comenzar a grabar y estampar los delicados motivos que caracterizan su trabajo. Cada pieza está cubierta casi en su totalidad con animales, diversas formas, flores o cualquier diseño que el cliente desee. El último paso es un baño de ácido sulfúrico frotado con lana de acero humedecida en agua y jabón, y luego un último pulido.

El trabajo de la familia Pérez es arte popular mexicano en su máxima expresión. Cada pieza está hecha a mano y pueden tardar semanas en estar terminada. A menudo la gente comenta el coste del cobre martillado, y ésta es una de las razones. Sí, es posible que encuentre trabajos en cobre menos costosos, pero nunca serán de la alta calidad que produce la familia Pérez.

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