El arte popular en México se crea en los hogares de las familias y es una parte tan importante de la actividad diaria como cocinar una comida o caminar al mercado de verduras. En la mayoría de estas familias, el proceso incluye a todos, desde los más jóvenes hasta los mayores. Así es en la casa del alfarero michoacano, el notable Álvaro de la Cruz (fallecido en 2022), donde sus hijos Juan Carlos, Daniel y Antonio se están dando a conocer por méritos propios.

De la Cruz ha tomado el personaje de la Catrina, creado por José Guadalupe Posada y lo convirtió en una forma de arte. La Catrina es un esqueleto vestido con ropa elegante. Aunque la mayoría de las figuras son femeninas. Álvaro también presta atención a las figuras masculinas y muchas de sus creaciones son charros (vaqueros mexicanos), novios u otras figuras masculinas. El detalle es increíble y cada figura está hecha a mano y solo hay una de su tipo.

José Guadalupe Posada (1852-1913) creó retratos de figuras de la sociedad mordaces y humorísticas de políticos conocidos que nunca debieron durar. . Dibujadas a fines del siglo XIX y principios del XX en un periódico endeble, sus ilustraciones satíricas formaban parte de la literatura política y estaban destinadas a ser vistas por los residentes de la Ciudad de México y luego desechadas. Pero Posada logró asegurarse de que sus grabados sobrevivieran las pruebas del tiempo, a pesar del papel barato en el que fueron impresos.

Posada considera que todos los miembros de la comunidad son presa fácil de su ingenio. Su imagen más perdurable es la calavera Catrina, figura ataviada con un traje de elegancia europea y coronada con un sombrero de ala ancha con plumas. Creada originalmente para ilustrar la canción popular "La Cucaracha", Posada usó esta figura para criticar la vestimenta excesivamente exagerada de las mujeres mexicanas, quienes en ese momento estaban obsesionadas con la cultura francesa.

Cuando vieron por primera vez a Catrinas, muchas la gente se horroriza ante las figuras de esqueletos vestidos con ropas extravagantes. En el arte popular mexicano, la muerte es vista como la otra mitad de la vida y es un tema común. Esta alegre representación de la muerte es un buen recordatorio de lo inevitable para todos nosotros y no hay figura más adecuada que la Catrina, una de las formas de arte más caprichosas que México tiene para ofrecer.

Dr. Miguel Silva #328

Col. Guadalupe

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